jueves, 9 de julio de 2009

AYER ESTUVE EN LA CONFERENCIA DE XAVIER SALA I MARTIN EN LA FUNDACIÓN RAFAEL DEL PINO

¡Qué desfachatez! Nos leyó una presentación en power point que había preparado para otro sitio (las referencias a España eran siempre a Barcelona y los textos que no estaban en inglés, estaban en catalán y el título de la charla - en la presentación - era (sic) Inovacion, Inovacion, Inovacion que no parece ni catalán, ni inglés ni, desde luego, castellano).
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El nivel fue el de una charla de café de alguien que ni siquiera lee The Economist. Contó chistes ajenos colgados hace tiempo en Internet (como el que compara a Madoff - ¡nos explicó lo que es una estafa piramidal! - con un sistema de Seguridad Social basado en el reparto y no la capitalización) y solo tuvo verdadera gracia cuando, sin querer, y sin recordar que estaba entre el público Esperanza Aguirre, dijo que los empresarios españoles contestaban a las encuestas en las que les preguntaban sobre la Administración española que lo que ellos querían es que "les quitaran de enmedio al Alcalde".
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El rigor desapareció según empezó a hablar. Por ejemplo. Dijo que el éxito de Nokia se debió a que los finlandeses son unos borrachuzos que combaten con vodka el frío y la oscuridad y que fue en una mañana resacosa cuando los ingenieros de Nokia tuvieron la idea de "personalizar" los móviles como remedio para resolver el problema de averiguar cuál es tu movil cuando vas por el 4 vaso de vodka y todos los colegas han colocado el suyo encima de la mesa. O sea, que según el profesor de Columbia y la Pompeu, Nokia no ha triunfado porque sus móviles tienen el mejor - más sencillo de manejar - software disponible o porque tiene móviles para todos los segmentos de la población.
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Las siguientes ocurrencias tuvieron que ver con la inversión en I+D. Según Sala, los Estados no han de invertir en I+D. Lo que tienen que hacer es innovar. Es como decir que los futbolistas no han de correr, darle fuerte a la pelota o regatear, que lo que tienen que hacer es meter goles. ¿Cómo pueden controlarse los resultados?. Lo único que pueden hacer los Estados es invertir en I+D y esperar que la correlación que normalmente existe entre esta inversión y la innovación provoque el incremento y la difusión de las innovaciones en su Economía. A continuación sostuvo una cosa y la contraria: que la innovación es incremental y se logra, a menudo, mediante mejora de la producción de bienes o servicios en cualquier sector económico (incluso en los más tradicionales) y que los países intermedios tenían que pasar del "hacer mejor" las cosas a "hacer cosas nuevas", como si la distinción entre ambas "cosas" no fuera gradual. Y luego citó a un colega suyo que ha averiguado que el 73 % de los innovadores "descubrieron" su innovación - que desarrollaron por su cuenta - trabajando para otra empresa. Lo que resulta sorprendente es que a Sala esto le parezca significativo. A mí me hubiera parecido sorprendente que el 73 % de las innovaciones procedieran de gente en paro.
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No ha habido falta de regulación, sino mala regulación. Otra ocurrencia. ¿cómo se distingue mala regulación de falta de regulación? Si una conducta dañina se permite por el ordenamiento, puede decirse, bien que faltó regulación, bien que la regulación existente era "mala" porque la "regla" aplicable era la de que "eso se podía hacer". Para que la distinción entre ausencia de regulación y mala regulación tenga sentido habría que pensar en lagunas regulatorias grandes como océanos (p.ej., un ordenamiento carece de autoridad/régimen supervisora del sector financiero y de cualquier poder específico para ordenar las conductas en ese sector al margen de la aplicación de las reglas generales del código de comercio).
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Sus afirmaciones sobre el fútbol y la Universidad fueron todavía peores. Se supone que de estas dos cosas sabe más que del resto, pero se vé que no. Comparó las mejores Universidades norteamericanas con una caricatura de las europeas/españolas. Insultó a los profesores españoles a los que acusó de no permitir la crítica de los alumnos y arremetió contra el estatuto funcionarial de los profesores universitarios. No es que nuestra Universidad pública tenga mucha defensa, pero con atacantes como Sala, le auguro una larga vida. Se olvidó recordar que los profesores de la Universidad en EE.UU tienen tenure y, por tanto, su posición se parece más a la de un empleado de una caja de ahorros que a la de un trabajador de una empresa privada en lo que al riesgo de ser despedido se refiere. Se olvidó de que la investigación se realiza, en Europa, en buena medida fuera de las Universidades (CNRS en Francia, Max-Planck Gesellschaft en Alemania) y que el (gasto por alumno) coste de un año en una universidad española es de unos 6000 euros (incluyendo las tasas) y el coste de un año de college en EE.UU, en una universidad de prestigio sube a los 30.000 - 40.000 € (sin incluir la aportación fuera de tasas). Y claro, con un gasto por alumno hasta 10 veces superior, pues es probable que las universidades españolas, incluso con su perverso sistema de incentivos y su pésimo gobierno corporativo, produjeran resultados mucho mejores. Ignoró que España es el país que más y más rápidamente ha incorporado a las mujeres al mercado de trabajo con la famosa frase - que suena progresista - según la cual un país no puede permitirse prescindir de la mitad de su fuerza laboral.
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Y, para que no quedase ninguna ocurrencia en el tintero, despreció a Keynes, al sistema judicial español (que es malo, pero no peor que la media comunitaria), se "creyó" lo del Doing Business y ridiculizó todas las medidas de aumento del gasto. Eso sí, no le oímos ni una sola crítica al Gobierno de Cataluña y a los gobiernos autonómicos en general que son los culpables de la mayor ola de restricciones a la libertad de empresa que ha sufrido España en los últimos 20 años en todos los ámbitos en los que tienen competencias (proteccionismo industrial, distorsión de las decisiones empresariales, restricciones a la entrada en numerosos sectores, desde el profesional - colegios profesionales autonómicos - hasta el comercial - segunda licencia, horarios y calendarios de rebajas restrictivos - pasando por el financiero - barreras a las fusiones entre entidades de distintas regiones o el lingüistico - limitaciones a la libertad de elección de lengua en la enseñanza). Para continuar con que en España lo único importante es el fútbol y que por eso el fútbol funciona tan bien (se pagan salarios acordes con la productividad de los jugadores). No se le ocurrió que, como en todo en esta vida, es la demanda la que determina la oferta. Y que, por esa razón, por ejemplo, España se ha convertido en casi la primera potencia gastronómica del mundo y sus compatriotas Ferrá Adriá o Argiñano están "tan bien pagados" como Messi o Cristiano Ronaldo: porque hay gente dispuesta a pagar mucho dinero por comer bien como hay gente dispuesta a pagar 80 € por una camiseta de algodón con el nombre de Kaká cosido. Su análisis de la burbuja inmobiliaria en España fue de parecido rigor. Por ejemplo, no se le ocurrió que los emprendedores se meten en el sector donde hay más posibilidades de hacer dinero lo que explica que hayamos tenido tantos promotores como tuvimos teólogos y militares en el siglo XVI o los ingleses piratas (North). Con una ventaja. Ahora hay cientos de miles de personas en España que han "probado" lo de ser empresarios gracias al sector inmobiliario y que están ya reconduciendo su actividad hacia otros sectores. Eso sí, también desde una ignorancia grave de lo que pasa en España, dijo que ahora no era el momento de reducir la indemnización por despido (solo cinco minutos después de haber dicho que el problema de la falta de movilidad laboral es especialmente grave en España ¿se le ocurre que la principal razón por la que muchos trabajadores no cambian de trabajo es para no perder los 45 días por año acumulados en su trabajo actual? ¿se le ocurre que semejante indemnización hace que los empresarios despidan al trabajador más productivo y retengan al menos productivo, ceteris paribus, si la antigüedad del primero es menor?).
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En fin, una tomadura de pelo y mucho desprecio desde la ignorancia. ¡si al menos fuera gracioso!

1 comentario:

Carlos Górriz López dijo...

Increíble. ¡Y con la publicidad que se le hacen (algunos) aquí, en Barcelona!

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